Poemas
En otro tiempo escribí poemas; no me gusta la poesía, no la entiendo. Ni yo misma sé por qué algunas veces a una le entran ganas de decir cosas que no tienen el más mínimo sentido, ni por qué, en esas ocasiones, una prefiere la estructura del poema (sin rima, sin reglas). Tal vez la poesía nunca tuvo sentido, y ahí es donde se puede hallar su belleza.
Para mí, decir que
aquellas flores no fueron recibidas
la brisa no llegó a tiempo
el silencio lo cubría todo.
no significa nada apenas, pero lo cierto es que desde algún lugar me llega la impresión de que no es más que la pura verdad.
Lo que sí sé es por qué mi poesía, mis poemas, si así pueden llamarse, tienen un cierto aire de cementerio. Una antigua costumbre de pasear por cementerios desiertos y sentarme a escribir tiene la culpa de esto. Ahora no paseo por cementerios, jamás volví a hacerlo, y es que ahora quiero ver gente, quiero saber cómo son y cómo actúan y lo que piensan y lo que sienten. Los muertos tienen derecho a descansar.
Si le ves por la mañana
todavía envuelto en el sueño reciente y en el alcohol
de la noche anterior
dile que aún no he dejado de extrañarle.
Cuando algo parece no tener sentido se puede estar seguro de que sólo es una apariencia. A veces tengo la sensación de ver conexiones en las cosas más enredadas y extrañas. Entonces sonrío y creo haber descubierto algo importante. Me relajo y descanso.
Pero se escapa, se escapa,
como una lágrima haciendo equilibrios en el extremo del ojo.
Cielos, necesito distraerme...
1 comentario:
yo caminé una vez contigo por el cementerio... y aún sigo aquí
(el poeta-prostituta)
Publicar un comentario