Image Hosted by ImageShack.us




Querido Y Viejo Tigre Que Duerme:

lunes, 9 de julio de 2007

El desván donde vives

Odio leer las cartas antiguas, odio las antiguas conversaciones. Esta noche no tengo sueño. Podría haber ido a la cama, pero me he quedado aquí, como tantas otras veces, y no he podido evitar abrir la caja de los recuerdos. “Será divertido”, he pensado. Pero no, no lo ha sido. Sólo me ha hecho recordar.

Hay dentro de mí como una especie de desván, con una puerta que no se abre nunca. En el desván hay un viejo sillón desvencijado de color granate, una cama antiquísima, de las que hacen ruido con sólo mirarlas, un maniquí sin cabeza, dos sillas, una con sólo tres patas y la otra desfondada, y un enorme baúl cubierto de polvo. En el techo hay unas cuantas telarañas y una claraboya sucia. Dentro de ese baúl guardo tus recuerdos, nuestros recuerdos. Y el desván es la habitación donde vives, donde te dejé atrapado, como un fantasma, incapaz de atravesar las paredes. Hoy he entrado al desván, he girado la llave en la cerradura y he visto los viejos objetos olvidados. Y el baúl... Cuando alguien entra en esta habitación, cuando alguien, en pleno ataque de insensatez, entra en esta habitación ya no hay vuelta atrás. Ha de sentarse en el horrible sillón pasado de moda, debe mirar el maniquí guillotinado y tiene, necesariamente, que abrir el baúl y enfrentarse a lo que hay allí.

Tu forma de escribir, tu curiosa forma de hablar, tan elegante, tan original. Tu manera de hacer las cosas, siempre tan tú. Todo siempre tan tú. Demonios. Cómo pude confundirte alguna vez con alguien más. Cómo pude dudar de tus frases, de tu estilo. Esas cartas son lo que alguna vez fuiste para mí, lo que hoy continúas siendo.

No, no te quiero. Pero esto me hace a recordar que te quise demasiado. Y no, no me gusta recordarlo.

Mañana lo habré olvidado.

No hay comentarios: