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Querido Y Viejo Tigre Que Duerme:

jueves, 12 de abril de 2007

Incoherente

Estos días, y a raíz de una serie de sucesos que no me apetece ni tengo ánimo de comentar -ah, la vida, esa puta llena de sorpresas desagradables-, me he visto obligada a instalarme -de forma bastante incómoda, dicho sea de paso- en el pasado, por si no fuese ya bastante mi dosis diaria de añoranzas, de nostalgias.

Y no precisamente en ese pasado bonito lleno de promesas, soles radiantes y lunas soñadoras, no. En la parte oscura de ese pasado. Lo terrorífico, lo deprimente, lo miserable. Y debe de ser mi tendencia masoquista, porque podría haber escogido ese pasado bonito, blabla, del que hablaba. Pero es que el momento presente lo amerita. Son tiempos sombríos. Punto. Qué se le va a hacer.

Para mi sorpresa, en lugar de sentirme triste, melancólica, con un nudo en la garganta y con todas esas sensaciones, lo que siento es rabia. Termino de leer un e-mail antiguo de una persona que significó mucho para mí -uno de esos fantasmas hijoputescos del pasado- y he deseado, que los dioses me perdonen, tener a esa persona enfrente para poder escupirle toda clase de improperios a la cara y quedarme así tranquila. No es culpa suya, y lo sé muy bien. Nada de nada es, y lo que es más, nunca fue, culpa suya, pero el rencor es así. De pronto lo ves todo rojo y no hay forma de pensar, ni bien, ni mal, ni de ninguna otra manera.

Y no puedo, no hay manera, simplemente no soy capaz de borrarlo, el e-mail. Ni nada de nada. Porque en el fondo sé que el pasado no se borra y el presente tampoco. En el fondo, la vida, la vida, ésa se acaba tarde o temprano. Y no se borra, no, pero se diluye. O quién sabe qué pasa. Algo como una luz que se apaga y ¡puf! qué más da todo. A mí me gusta pensar que la luz no se apaga, que la luz se enciende y ¡zas! se comprende. Pero quién sabe. Hasta ahora, nunca nadie fue capaz de darme una explicación satisfactoria.

2 comentarios:

Nívola frívola dijo...

Así es mi estimada, nadie, nunca, han dado explicación a esa sensación de vacío en el estómago, a ese amarre al pasado, al hubiera... si algún día aparece nos lo presentamos. Saludos

Anónimo dijo...

Un Haiku:
Triste pasado,
por ganarte la guerra
vendería mi alma.

Una Cita:
Puede que nosotros hayamos acabado con el pasado,
pero él no ha acabado con nosotros

Una esperanza:
Existen auto-exorcismos que alejan fantasmas hijoputescos del pasado. Sólo que en este caso los sumos sacerdotes somos nosotros mismo.

Un saludo.