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Querido Y Viejo Tigre Que Duerme:

jueves, 13 de septiembre de 2007

La necesidad

Estos últimos días en los que los acontecimientos, imparables, casi, casi me asfixian, en los que apenas tengo tiempo siquiera para estar conmigo misma a solas, escribir ya no es, como lo fue en alguna otra ocasión, ni un placer, ni una tortura, ni un revulsivo, ni una obligación. Ahora, cuando la noche cae sobre mí y me susurra al oído una sola e inflexible orden, (¡duérmete!), estos ratitos para escribir son, más que cualquier otra cosa, una necesidad (pero, ¿acaso no lo fue siempre? ¿No lo es siempre para los locos introvertidos como yo, para los que pensamos en renglones y párrafos, para los que sentimos el mundo como una complicada y -tan extensa, tan reducida- novela?).

Y lo cierto y lo extraño es que ni siquiera me apetece hablar aquí de los acontecimientos antes mencionados. No necesito hablar de ello, sino sólo atravesar el momento de la mejor manera posible, y he aprendido que las cosas mejor hacerlas sin pensar, mejor no hablar mucho de ello. Lo más importante es lo que no ha de ser nombrado. En ocasiones, ni siquiera es posible hacerlo.

Más que nunca necesito un lugar para estar a solas. Acondicionar una de las innumerables habitaciones de mi mente para hacer magia, alquimia interna. Esta palabra, alquimia, lleva años obsesionándome, tanto como transmutación. Son ambas palabras sonoras, de las que se diría que esconden algún secreto. Y es que, ¿cómo transformar cualquier metal en oro? ¿Cómo transformar miedos, compulsiones, obsesiones y otras tantas fallas en tan ilustre metal? La respuesta, espero, me encontrará algún día cuando vaya por ahí distraída, pensando en mis cosas. La respuesta me desvelará secretos y me planteará nuevas preguntas, casi seguro.

Mientras tanto, sigo con mi vida aderezada de acontecimientos. Tal vez finalmente sea verdad que mi vida contemplativa comienza a transmutarse en algo distinto, algo incierto aún, pero ya bosquejado. Veremos.

(Hoy me hice por fin con el nuevo libro de "El Guardián entre el Centeno", con la traducción revisada y ligera, pero acertadamente, me parece, modificada. El tipo de detalle que me hace sonreír y ser feliz en un día tan lleno de detalles).

1 comentario:

Ariel Guallar dijo...

hola helena, hagamos contacto.

vermasvidrio@hotmail.com

saludos..