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Querido Y Viejo Tigre Que Duerme:

viernes, 21 de septiembre de 2007

Pisaverdes

Hace unos meses leí que en una página web (http://www.escueladeescritores.com/apadrina-una-palabra) habían iniciado una convocatoria para apadrinar una palabra a punto de desaparecer. No participé en su día, pero ahora estaba recordando esto precisamente -extrañas conexiones mentales- y he pensado, ya que estoy en pleno ataque de ansiedad por escribir, que podría hablar un poco sobre la que es, posiblemente, mi palabra preferida de este hermoso idioma nuestro. Normalmente, cuando a alguien se le pregunta acerca de su palabra favorita, las primeras que vienen a la cabeza son palabras con significados bonitos, pero nada espectaculares en cuanto a sonoridad o en relación con la imagen mental que sugieren. Así me ocurría a mí también cuando alguna vez se me planteó la cuestión. Sin embargo, descubrí hace un tiempo que había una palabra especial para mí, una palabra que, ¿puedo decirlo así?, invariablemente me dibuja una sonrisa en los labios. Y supe que me gustaba tanto porque trataba (y trato) de incluirla en los textos siempre que viene al caso. Algunas veces también cuando no viene al caso. Esta palabra tan especial para mí es "pisaverde". Recuerdo todavía la primera vez que la vi. Yo leía un libro -lamentablemente no sé cuál exactamente- del genial P.G. Wodehouse, un hombre que, al parecer, sabía lo suyo sobre pisaverdes, y me quedé fascinada. Después, cuando consulté el significado de dicha palabra, me vino a la cabeza una imagen mental que todavía perdura hoy en día cuando me imagino al tal pisaverde. En mi imagen, un hombre que se parece extraordinariamente al Dorian Gray de Oscar Wilde -o al hombre que yo imagino como Dorian Gray-, está fumando despreocupadamente, con un cierto gesto despectivo en el rostro, sobre el césped o sobre una superficie verde.

Siempre soñé con enamorarme de un pisaverde. Es difícil porque, hoy en día, no existen ya, al menos no como esos jovencitos ociosos vestidos a la última moda (de la época, esto es, de finales del siglo XIX o principios del XX) y sin otra ocupación que el galanteo frívolo y juguetón con muchachas hermosas de tez pálida. Pero sí los hay que fuman despreocupadamente y que, con frialdad calculada y fingida, te dirigen miradas mitad burlonas mitad seductoras a las que yo, por cierto, no puedo resistirme casi nunca.

Y termino la entrada con la definición proporcionada por la web de la Real Academia, http://www.rae.es/ para la palabra "pisaverde": "Hombre presumido y afeminado, que no conoce más ocupación que la de acicalarse, perfumarse y andar vagando todo el día en busca de galanteos".

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